Paternidades presentes: el desafío de cuidar en vez de solo proveer
En México, hablar de paternidad es hablar también de ausencia. Según el Censo de Población y Vivienda del INEGI 2020, en más de 4 millones de hogares no hay una figura paterna. Esto representa el 40% de las estructuras familiares nucleares, lo cual plantea una urgencia social: ¿dónde están los padres?
El Mtro. Óscar Rojas Godínez, académico del Departamento de Ciencias de la Salud de la IBERO Puebla, advierte que esta ausencia no es solo física, sino simbólica y emocional. “La paternidad sigue anclada a un modelo patriarcal donde el hombre se mide por lo que aporta económicamente”, explicó.
Los datos que cuestionan el modelo tradicional
De los 44.9 millones de hombres mayores de 15 años que dijeron tener al menos una hija o hijo, el 87% forma parte de la Población Económicamente Activa (PEA), y el 97% de ellos destina la mayor parte de su tiempo al trabajo. Esto revela que la idea de “ser papá” continúa ligada a ser proveedor, más que a ser educador o cuidador.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha insistido en la importancia de la presencia activa del padre en el desarrollo físico y emocional de niñas y niños. No basta con estar inscritos en un acta de nacimiento o enviar dinero: el rol paterno debe expandirse hacia la afectividad, la escucha y la corresponsabilidad en las tareas del hogar y de crianza.
¿Cómo transformar la paternidad?
El académico de la IBERO Puebla sugiere un cambio de paradigma. “Asumir la paternidad en la actualidad significa cuidar, estar presente, escuchar y vincularse emocionalmente. Ser cómplices en un cuidado amoroso más allá del sustento económico”.
Desde los espacios educativos, como las universidades, se pueden desmontar estereotipos, fomentar nuevas masculinidades y formar hombres más conscientes de su papel afectivo. “Hablamos de una paternidad sensible, que educa desde el amor y no desde la autoridad incuestionable”, señala Rojas Godínez.