La XXXIII Procesión de Viernes Santo reunió a más de 180 mil personas en Puebla. Encabezada por el Arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, la ceremonia litúrgica recorrió las principales calles del Centro Histórico con un mensaje de fe, reflexión y paz para la sociedad.
Más de 180 mil personas participaron en la XXXIII edición de la Procesión de Viernes Santo, celebrada en las calles del Centro Histórico de Puebla. La ceremonia fue encabezada por el Arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, quien agradeció la presencia de los fieles y destacó la importancia de mantener viva la tradición durante estos días santos.
Desde la Catedral de Puebla, punto de inicio y conclusión del recorrido, el Arzobispo impartió su bendición y recordó el sentido espiritual de la Semana Santa: “Iniciamos la celebración de la Pasión, la muerte en la Cruz, el sufrimiento, pero también la resurrección de nuestro Señor Jesucristo”, expresó con solemnidad.
Durante la procesión, miles de fieles y turistas acompañaron a las veneradas imágenes como el Señor de las Maravillas, el Santo Niño Doctor de Tepeaca, la Virgen de los Dolores, la Virgen de la Soledad, el Señor de las Tres Caídas y Jesús Nazareno, siendo presidida por el Cristo de la Expiración desde el atrio de la Catedral.
En un mensaje de gratitud, Monseñor Sánchez Espinosa reconoció el esfuerzo de las parroquias participantes y del comité organizador, así como el apoyo de instituciones civiles, gubernamentales y educativas como la UPAEP, que brindó apoyo logístico. También exhortó a continuar con la oración durante la Vigilia Pascual y los oficios del Sábado de Gloria.
Durante la segunda reflexión del recorrido, el padre José Luis Bautista González, Canónigo de la Catedral, hizo un llamado a la conciencia sobre los desafíos actuales de la sociedad, la violencia y el relativismo moral, señalando la necesidad de regresar a los valores de compasión, unidad y amor cristiano. Finalizó recordando que “el evento de salvación” sigue vigente en el corazón de los creyentes.