Construir un mundo más justo también es tarea de la psicología
En un acto de profundo compromiso social y académico, la Universidad Iberoamericana Puebla y la Fundación Psicología Sin Fronteras formalizaron una alianza estratégica con el objetivo común de transformar realidades a través del trabajo colaborativo en favor de la salud mental como derecho fundamental.
Este convenio se convierte en un paso firme hacia la acción directa en contextos de crisis, el acompañamiento comunitario y la generación de proyectos conjuntos en el mediano y largo plazo.
“No queremos formar en gabinetes. Queremos una educación anclada a la realidad y que forme agentes de cambio”:
— Mtro. Mario Patrón Sánchez, Rector de la IBERO Puebla
Psicología crítica y compromiso con la realidad
El Dr. Guillermo Fouce Fernández, presidente de Psicología Sin Fronteras, subrayó que “es fundamental que enfrentemos conectados los retos que tenemos delante”. Recalcó la necesidad de articular el saber académico con la intervención social, con la mirada puesta en construir entornos menos hostiles, más solidarios y equitativos.
“Coincidimos en una psicología comunitaria, crítica y solidaria que acompaña a quienes más lo necesitan”,
— Dra. Lilia Vélez Iglesias, directora general Académica de la IBERO Puebla
Esta alianza permitirá generar vínculos con organizaciones, atender poblaciones vulneradas, y desarrollar un enfoque formativo más ético, humano y transformador desde el aula y desde el terreno.
Vinculación con rostro humano
Durante la firma del convenio estuvieron presentes representantes clave de la Universidad, como:
• Mtra. Leticia López Posada, directora del Departamento de Ciencias de la Salud
• Dra. Adriana Duarte Romero, coordinadora de Psicología
• Dra. Gabriela González Ruiz, coordinadora de la Maestría en Psicoterapia
• Mtro. José Enrique Ríos Vergara, director de Administración y Finanzas
• Mtra. Olivia Quiroz Centeno, coordinadora de Asuntos Académicos Internacionales

Cada uno reafirmó que esta alianza no solo amplía horizontes académicos, sino que abre puertas, cruza fronteras y fortalece la vocación ignaciana de incidir donde más se necesita.