En sesión extraordinaria del Senado, fue criticada la reforma que transfiere el control de la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Se alertó que la medida no combate al crimen sino que se convierte en una herramienta de vigilancia que vulnera derechos humanos.
Durante la sesión, se sostuvo que al integrar a la GN con la Sedena se otorgan nuevas facultades que podrían derivar en actos de represión. Entre ellas destacan la intervención de comunicaciones privadas, la geolocalización en tiempo real y la vigilancia en redes sociales.
“Se abre la puerta a la vigilancia sin justificación, sobre tu casa, tus bienes, tu auto, tu persona y hasta tu teléfono”, se advirtió desde la tribuna. Además, se destacó que las fuerzas armadas deben tener participación excepcional y regulada en tareas de seguridad, siempre subordinadas a autoridades civiles.
También se expresó rechazo al proceso legislativo llevado a cabo durante este periodo extraordinario, al que se calificó como autoritario y alejado de prácticas democráticas. Se cuestionó la manera en que fueron aprobadas diversas iniciativas, incluyendo esta reforma.
En el posicionamiento parlamentario se subrayó que el gobierno actual no está fortaleciendo a las fuerzas armadas, sino que las está utilizando con fines políticos, alejándolas de sus funciones constitucionales. Se denunció que la GN, concebida como una corporación civil, moderna y eficaz, ha sido transformada en el instrumento de una estrategia fallida.