0
0
El 6 de marzo de 2025, la octava prueba de vuelo de Starship despegó con éxito a las 17:30 horas (CT) desde Starbase, Texas. Los 33 motores Raptor del propulsor Super Heavy arrancaron correctamente y completaron su quema durante la fase de ascenso. Posteriormente, al apagar todos los motores salvo los tres centrales del Super Heavy, Starship encendió sus seis motores Raptor para realizar una maniobra de hot staging y continuar su trayectoria hacia el espacio.
Tras la separación, el propulsor Super Heavy reencendió 11 de los 13 motores planificados para ejecutar una quema de retroceso (boostback) con rumbo de regreso al sitio de lanzamiento. Una vez allí, logró activar 12 motores para la maniobra de aterrizaje, incluyendo uno que no se había encendido en la quema anterior. Gracias a ello, los tres motores centrales pudieron guiar al propulsor hasta los brazos de captura de la torre, concretando el tercer aterrizaje exitoso de un Super Heavy.
Los motores que no lograron reencenderse durante las maniobras de retroceso y aterrizaje fallaron probablemente debido a problemas de ignición causados por condiciones térmicas en los encendedores. Las pruebas posteriores al vuelo lograron replicar la falla, y se decidió que futuros vuelos contarán con mayor aislamiento térmico como medida de mitigación.
La etapa superior de Starship siguió su trayectoria prevista tras la separación. Aproximadamente cinco minutos y medio después del inicio de su ascenso, se observó un destello en la sección trasera cerca de uno de los motores Raptor a nivel del mar, seguido de un evento energético que provocó la pérdida de ese motor. Inmediatamente después, se apagaron dos motores Raptor centrales restantes y uno de los motores Raptor al vacío, lo que llevó a la pérdida de control del vehículo.
La última telemetría de Starship se recibió nueve minutos y medio después del despegue, es decir, poco más de dos minutos después del primer destello. Para ese momento, todos los motores estaban apagados. El contacto con la nave se perdió antes de que se activaran las reglas de destrucción de su sistema autónomo de seguridad en vuelo (Autonomous Flight Safety System), que seguía funcional en el momento de la pérdida de comunicación. Se presume que este sistema activó su secuencia tras la pérdida de señal, asegurando la fragmentación del vehículo durante la reentrada.
Starship voló dentro de un corredor de lanzamiento designado para proteger a la población en tierra, mar y aire. Tras el incidente, SpaceX coordinó de inmediato con la FAA, el control de tráfico aéreo y autoridades de seguridad para ejecutar las respuestas de contingencia previamente planificadas. Asimismo, se trabajó estrechamente con el gobierno de Bahamas y se envió un equipo técnico para colaborar en las tareas de limpieza. Todos los restos cayeron dentro del área preestablecida, sin presencia de materiales peligrosos ni impactos relevantes sobre especies marinas o la calidad del agua.
SpaceX lideró la investigación del incidente con supervisión de la FAA y participación de NASA, la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) y la Fuerza Espacial de Estados Unidos. La empresa entregó un informe de la falla a la FAA, y obtuvo la autorización necesaria para realizar su próximo vuelo.
La causa raíz más probable de la pérdida de Starship fue una falla en el hardware de uno de los motores Raptor centrales de la etapa superior, que provocó una mezcla e ignición accidental de propelentes. Desde el incidente, se han realizado más de 100 pruebas prolongadas de encendido de motores en las instalaciones de SpaceX en McGregor, Texas.
