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La comunidad estudiantil mexicana ha sido históricamente un músculo crítico del país, capaz de impulsar movimientos que marcan precedentes en la lucha por derechos y en el acompañamiento de causas que el Estado se ha negado o no ha podido atender.
Sin embargo, dos heridas colectivas siguen marcando generaciones: la masacre del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en 2014. Ambos hechos fueron recordados en la IBERO Puebla a través de las voces de víctimas y familiares.
La Sra. Hilda Hernández Rivera y el Sr. Mario César González Contreras, madre y padre de César Manuel González Hernández —normalista desaparecido el 26 de septiembre de 2014— compartieron su testimonio en la Universidad como parte de esta conmemoración.
El Dr. Julio César Ávalos Huerta, coordinador de la Licenciatura en Derecho, abrió el espacio afirmando que “los hechos se conectan”, recordando que los normalistas realizaban acciones de memoria en el marco de los 46 años de la matanza de Tlatelolco.
Por su parte, el Mtro. Saulo Loya Valenzuela, académico del Departamento de Ciencias Sociales y acompañante de las familias de Ayotzinapa, señaló que las madres y padres han enfrentado no solo descalificaciones, sino trabas institucionales y ausencia de justicia. Recordó que la llamada “verdad histórica” fue desmentida por el GIEI, lo que evidenció la falta de voluntad estatal y la responsabilidad del ejército.
En su intervención, la Sra. Hernández relató cómo la búsqueda de su hijo ha marcado a toda su familia desde 2014, mientras que el Sr. González compartió recuerdos de César Manuel, un joven de 19 años con ilusiones, como cualquier estudiante. Ambos señalaron que las autoridades no solo no han hecho su trabajo, sino que son responsables de la ausencia de sus hijos.
Finalmente, llamaron a la Comunidad Universitaria a ser agentes de cambio social y político, a no conformarse y a valorar cada instante con sus seres queridos. “Nos sacan adelante jovencitos como ustedes, porque ustedes son el futuro”, expresó el Sr. González como mensaje de esperanza.
